El debate
Ayer estuvimos en clase debatiendo acerca del concepto de belleza y de lo acertado o no de aquella frase de Carmen Martín Gaite: "Todo lo que está bien contado es verdad, y todo lo que está mal contado es mentira". En la conversación, dos alumnas, con afán de liderazgo y una vieja rivalidad, se esmeraban en defender dos posiciones radicalmente diferentes. Tan diferentes, que el debate era un monólogo. Suerte que uno trabaja en la pública y tiene la obligación de hacer hablar a todos. Intervinieron tres alumnos, al comienzo, y dieron el pistoletazo de salida para que fuera toda la clase quien emitiera una opinión. El debate pasó a ser cosa de todos, y no de dos alumnas que se olvidaron de qué hablaban. Mi obligación, ya digo, como docente fue dejar hablar a quien tuviera algo que decir.
No es difícil adivinar la metáfora.