Ángel Campos Pámpano

Me ha conmocionado la sobriedad con que Álvaro Valverde ha anunciado la noticia de la muerte de Pámpano. Poco puedo añadir. No le conocí personalmente, salvo un par de llamadas con motivo de su colaboración con la revista Kafka. Conocí, eso sí, al poeta. Lástima que esta sea la primera vez que lo diga. No deseo jugar con las casualidades, pero hace justo una semana me preguntaba si Ángel tendría el libro que publiqué en la Editora. Quería enviárselo porque era el único poeta vivo que citaba en el último texto del libro, "Península":

Vuelven ahora los seudónimos que desearía

haber utilizado desde el comienzo: Torga, Kavafis, Al Berto,

Pámpano, Espríu, Lorca.

(Posible es ya el sonido desde Faro: Mensagem, en Pessoa)

Ciudad

Barcelona: ciudad geométrica rodeada de laberintos.

Fragmentos de Max Jacob

Para vengarse del escritor que les dio la vida, los héroes que ha creado le esconden el cortaplumas.

*

Tantas gentes que me quieren me esperan en el puente del barco, ¿pero cómo subir allí?

*

Cuando mi hermano regresó del viaje me abrazó y me dijo: "¿Qué lees?, o, más bien, ¿qué edad tienes? Porque, ¿no se conoce la edad por el libro?".

*

Cuando se entrega a los magos el trozo de un traje ellos conocen a la persona que lo lleva: yo cuando me pongo la camisa sé lo que pensaba la víspera.

Sobre GyG

"¿Cómo es que a pesar de ello nos interesa? Sin duda porque Gabriel y Galán, venciendo la vergüenza ("Me avergüenza confesar estos sentimientos rastreros"), es capaz de mostrársenos tal como es: fracasado, envidioso, humano en fin. Y puede hacerlo porque no escribe para los otros -como tantos supuestos diarios publicados en vida de sus autores- sino para sí mismo. Esa es la clave de un verdadero diario íntimo que, por ese motivo, sólo puede ser un diario de publicación póstuma."

Lauras Freixas sobre los diarios de José Antonio Gabriel y Galán, en el último suplemento de Cultura(s) de La Vanguardia (12/11/08).

Hay razones (para no votar)

Porque fomenta, al cabo, el clientelismo; porque genera, después, el seguidismo; porque, detrás, ya no nos queda ni la autocrítica; porque lo único que no ponen en peligro son las antiguas y gastadas formas de ejercer el poder; porque éste los corrompe; porque hemos confiado en un voto que luego nos genera desconfianza; porque no se puede mendigar buscando un sillón para refundar un sistema económico injusto; porque ninguno de nuestros gobernantes se ha opuesto a la nueva ley de inmigración; porque ninguno lo ha hecho en contra del despido de trabajadores; porque desvían dinero para aumentar sus arcas; porque no se puede hacer política ignorando al noventa por ciento de la población; porque han tolerado públicamente (por omisión) las palabras de una ciudadana monarca; porque se han inventado una ley de educación que segrera a los alumnos, que quita derechos a los docentes y que convierte a la enseñanza pública en enseñanza privada; porque quitan bachilleratos nocturnos y conservan barracones; porque se les llena la boca hablando del pueblo (pero sin el pueblo); porque mantienen guerras legales bajo una moral ilegal; porque sus intereses priman por encima de sus promesas; porque desvirtúan las palabras; porque las vician; porque premian al culpable, y culpabilizan al inocente; porque bajo formas supuestamente izquierdistas llevan a cabo los mismos defectos de la derecha; porque no hacen experimentos con sus hijos, pero sí los hacen con la comunidad trabajadora; porque permiten manifestaciones anticonstitucionales; porque te hacen creer que son necesarios; porque proponen soluciones a lo que no genera ningún problema. Porque, al final, nos engañan. Y ya está bien.

Propuestas

Dos enlaces que esperaba. El primero: la nueva firma invitada de DVD está dedicada a Jordi Doce. Y dos: la aparición del libro de relatos La despedida, de Javier Morales Ortiz.

Hoy mismo comenta Álvaro Valverde que la lectura de Wallace Stevens le hace sentirse bien, y que este autor, entre otros, consiguen que la poesía sea uno de los centros de su vida (la de Álvaro, y por extensión la de sus lectores, que tomamos nota). Lo mismo me ocurre con estos dos autores. Por diferentes motivos, si no el mismo. A saber: que la literatura siga pareciéndome esa extraña forma de vida, por citar una letra de fado. Y que, con ellos, pueda resguardarme en esta habitación vacía, y defenderme, al cabo, del lugar que habito.

Alberto Santamaría

Desde Elca, enhorabuena a Alberto Santamaría por obtener el último premio Ciudad de Burgos, publicado por DVD, y donde Alberto ya había editado su libro El hombre que salió de la tarta. Para más información, aquí. Por cierto, el libro se llama Pequeños círculos.