Juan Manuel Macías
Juan Manuel Macías fue el poeta invitado al ciclo de lecturas de Els dilluns de La Cigale, estos recitales que organizo junto con Juan Salido-Vico. No le conocía personalmente, aunque sigo su blog desde hace tiempo. Él es, además, quien se encarga de Firmas invitadas, en la página web de la editorial DVD. Al margen de lo fetichista que pueda ser uno, en su culto al papel y al libro, lo cierto es que los blogs me han dado unas cuantas alegrías. Así es como le conocí, a él y a Olga Bernad, por ejemplo. Y así es como llegó Juan Salido-Vico.
Además de ser un buen poeta, como demostró en su lectura, Juan Manuel es una persona excelente. Una de esas personas que te gustaría tener en tu misma ciudad (él vive en Cercedilla). Su poesía es sugerente, profundamente evocadora, y eso que emplea una forma de decir muy diferente a la que puedo emplear yo mismo. Una poesía de corte clásico, donde se trabaja la métrica y la forma. Una poesía, en fin, limpia. Lo dijo Eduardo Moga en la charla: Juan Manuel conoce a los clásicos, conoce sus ritmos, su musicalidad, y lo adapta a su propio mundo. Su propuesta, aunque suene paradójico, es mucho más arriesgada que la de otros tantos poetas que buscan ese ser moderno sin interrupción. Poetas, dicho sea de paso, con fecha de caducidad. Uno escribe por necesidad, no para crear escuelas ni puntos de inflexión en la dilatada historia de la poesía.
Siempre es una buena noticia que gente como Juan Manuel esté dentro de diferentes proyectos culturales, como tipógrafo, poeta o traductor. Tanto da. Como un humanista, que es de lo que se trata. Para nosotros, ya digo, fue una alegría contar con él para las lecturas. Gracias, amigo.
Además de ser un buen poeta, como demostró en su lectura, Juan Manuel es una persona excelente. Una de esas personas que te gustaría tener en tu misma ciudad (él vive en Cercedilla). Su poesía es sugerente, profundamente evocadora, y eso que emplea una forma de decir muy diferente a la que puedo emplear yo mismo. Una poesía de corte clásico, donde se trabaja la métrica y la forma. Una poesía, en fin, limpia. Lo dijo Eduardo Moga en la charla: Juan Manuel conoce a los clásicos, conoce sus ritmos, su musicalidad, y lo adapta a su propio mundo. Su propuesta, aunque suene paradójico, es mucho más arriesgada que la de otros tantos poetas que buscan ese ser moderno sin interrupción. Poetas, dicho sea de paso, con fecha de caducidad. Uno escribe por necesidad, no para crear escuelas ni puntos de inflexión en la dilatada historia de la poesía.
Siempre es una buena noticia que gente como Juan Manuel esté dentro de diferentes proyectos culturales, como tipógrafo, poeta o traductor. Tanto da. Como un humanista, que es de lo que se trata. Para nosotros, ya digo, fue una alegría contar con él para las lecturas. Gracias, amigo.