18.2.09

Antonio María Flórez, en La Cigale

Velada muy agradable en La Cigale. La elección de Antonio María como primer poeta fue un acierto. Hay escritores que saben romper el hielo, y él, creo, es uno de ellos. En su presentación, comenté que una de las cosas que más me interesan de su poesía es su capacidad de variar de voces y temas (diálogos, poemas discursivos o condensados en dos o tres versos, etc.) y tener la sensación de estar leyendo siempre el mismo poema. Sin perder ni un ápice de profundidad. Dije, también, que me gustaba esa manera de poetizar lo externo, ese paisaje de fuera que sólo llega a entenderse desde dentro. Después del recital, hubo algo que le reconocí a Antonio María. Le dije que esta lectura me había permitido conocer su lado latinoamericano, poéticamente hablando. Digo que fue la primera vez porque conocía su raigambre extremeña, pero apenas su vertiente americana.
Entre los asistentes, gente conocida y por conocer, como Arturo Bolaños. También, una digna representación latina. La lectura de Antonio María se cerró con una rifa de uno de sus poemas, impreso en un papel nepalí, un material que emplea para diseñar puntos de libros o separapáginas. El afortunado, mi hermano José Manuel, que andaba entre el público. Hay cosas que se saben, así que no me extrañó que él diera con el número.
Al margen del éxito o no de las convocatorias, lo cierto es que estas lecturas son una apuesta diferente en el panorama poético barcelonés. Lo dijo Juan Salido-Vico al comenzar el acto. Los recitales nacen con la intención de mostrar un tipo de poética desnuda, donde el escritor no necesite ninguna apuesta escénica. Algo muy habitual en otros lugares y poco frecuente en los recitales de aquí, donde el poeta juega también el papel de juglar. Lecturas poco teatrales y menos performáticas.
En un par de lunes vendrá Agustín Calvo Galán, el director de Las afinidades electivas.


Con Antonio, Efi Cubero y Juan Salido-Vico

17.2.09

La espera

-Mi padre me pegaba, y a los diez años me escapé con una tribu de gitanos.
-No -repuse -. Cuéntame la verdad.
-Mi padre me pegaba y me pasé la infancia esperando a la tribu de gitanos.

Los ojos vendados, Siri Hustvedt

14.2.09

Els dilluns de La Cigale


El próximo lunes, 16 de febrero, comenzamos con un ciclo de lecturas poéticas en el café La Cigale (c/ Tordera, 50). La coordinación corre a cargo de Juan Salido-Vico y de quien escribe. Entre los poetas invitados, gente de aquí y de allá. Ojalá pudieran venir algunos de esos poetas que uno conoce, aunque no vivan en Barcelona. Por el momento, Antonio María Flórez será el encargado de romper el hielo. Un par de semanas más tarde, Agustín Calvo Galán. Un par de enlaces dan cuenta, hasta el momento, del acto. Aquí y en el pintoresco aquí.
Pd: Me he propuesto comenzar cada lectura con un fragmento del libro El señor Brecht, de Gonçalo M. Tavares. A saber: "Aunque la sala estaba prácticamente vacía, el señor Brecht empezó a contar sus relatos". (Por si acaso).


9.2.09

Enlaces

Tres enlaces. El primero de ellos es el texto que leyó Gonzalo Hidalgo Bayal para la presentación del libro de relatos La despedida, de Javier Morales Ortiz. También la reseña de José Manuel Chico, cuyo punto de partida es uno de los fragmentos más hermosos del libro de Javier. El último, un artículo de Álvaro Valverde titulado "Plasencia escrita", donde repasa la presencia de mi ciudad natal en diferentes obras literarias. Tres enlaces, a mi modo de ver, imprescindibles.

1.2.09

Saul Bellow

- ¿Qué me dice de las universidades? ¿No hacen nada para formar el juicio y afinar el buen gusto?
- Para la mayor parte de los profesores de inglés, una novela puede ser un objeto de la mayor importancia cultural. Sus ideas, su estructura simbólica, su situación en la historia del romanticismo, realismo o modernismo, su significación profunda, requieren estudio y entrega. Pero ¿qué tiene que ver esa especie de estudio cultural con los novelistas y sus lectores? Lo que ellos quieren es el momento vivo: hombres y mujeres vivos en un entorno inmediato. La enseñanza de literatura ha sido un desastre. Entre el estudiante y su libro de lectura se extiende una sombría zona de preparación, un absoluto cenegal. Debe atraversar todo ese fango cultural antes de que pueda abrir su Moby Dick y leer: "Llamadme Ismael". Han hecho que se sienta ignorante frente a las obras maestras, indigno de ellas; está asustado y quizás hastiado de ese libro para cuya lectura está tan poco facultado. [...] La propia novela queda sustituida por lo que las personas "cultas" pueden decir de ella. Algunos profesores encuentran ese discurso culto mucho más interesante que las novelas propiamente dichas. Adoptan la misma actitud ante la ficción que uno de los padres de la Iglesia mostraba hacia la Biblia. [...] Si los profesores de humanidades se conmovieran por el elemento sublime de los poetas y filósofos que enseñan, serían los individuos más importantes de la universidad, y los más serios. Pero se encuentran en el extremo más bajo de la jerarquía, entre el montón. [...] Tengo a veces la impresión de que creen haber sustituido a los escritores. Su actividad "cultural" está teñida de literatura, o más bien del recuerdo de la literatura.
Entrevista conmigo mismo. Algunas preguntas y respuesta.
Ontario Review, nº 4, 1975.