28.5.07

Volver a NYC

Hay algo que de vez en cuando me viene a la mente. Algo que sobrevive a todos los lugares que visito. Algo que no sólo me sirve para recordar un momento exacto. Algo que tiene unos límites precisos, y sin embargo vuelven a mí como un espacio inabarcable. Algo que me sitúa, que me hace vivir en un otoño perpetuo, aunque aconteciera en un verano tardío. Algo que fue agua y camino y al mismo tiempo asfalto y bloques, tan altos que no cuesta verlos en la distancia. Algo a lo que aferrarme cuando vuelvo a plantearme hasta dónde alcanzan las cosas que hemos vivido, su significado. Algo que estará allí para siempre, porque estuvo allí antes de haberlo conocido. Algo que consiste en atravesar una isla, pasar un puente y mirar hacia el hogar, dondequiera que eso quede, como Bishop. Sólo un paseo por Central Park y una avenida, que acabe en uno de esos edificios del Village. Y un avión que me sobrevuele y que no sea el mío.

4 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

Tu entrada me ha traído a la memoria sensaciones tales como cruzar en boat Staten Island, los paseos en tandem y las barbacoas de la Columbia, domingos judios en Flabush, los lobsters y las comunidades jamaicanas del Queens, las 2nd hand Book shops de Brooklyn Heights, el olor de unos pretzels recién horneados, cualquier lectura en el botánico del Bronx, un partido de béisbol en el N.Y. Yankees, vivir en Tribeca un Festival, un regateo de sandías blancas en el Soho, los cafés de Little Italy, presenciar un directo de tangos negros con farolillos rojos en el SeaPort…

El problema de todo esto, es que te conviertes en un soñador. Y cada vez que cierras los ojos te encuentras paseando en bici, al atardecer, a orillas del Hudson, con la New Orleans Jazz band en off y visionando la isla de las colinas. Ese distrito a 40º 47’ latitud norte también conocido como Manhattan.

4:53 p. m.  
Blogger Sergio Sastre ha dicho...

La proxima vez que vuelvas a NY recuerda lo que te dijo annie: estamos más cerca. Hacernos una visita te pilla de camino (y me comprometo a guardarte el paracaidas)

9:09 p. m.  
Blogger Álex Chico ha dicho...

Tomo nota, de nuevo. Ya va siendo hora, y prometo cumplirlo, por vocación y por agradable insistencia. Un abrazo a los dos.

11:40 a. m.  
Blogger chica de las preguntas ha dicho...

Los recuerdos son armas de doble filo. Cuánto mejores son, más afilados están con el paso del tiempo. Y se clavan. A mí me pasa eso con NY. Me sabe a muchas cosas que me vuelven en forma de imágenes, olores y voces. Pero me duelen. Es el precio que tengo que pagar por lo feliz que fui allí. Y lo pago a gusto. Volver a NY. Siempre.

8:19 p. m.  

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