A dúo
Aunque pocas veces he trabajado en grupo, lo cierto es que cuando me ha tocado hacerlo no me ha ido del todo mal. Frecuentemente, gracias a la paciencia de mis compañeros, que han sabido apaciguar a alguien que siempre ha preferido la individualidad creativa. Por eso, cuando compruebo que otros amigos han encontrado una voz común para hacerla única, me produce una cierta admiración. Ese es el caso de David Vegue y Eduardo Hernández, que escribieron un libro de greguerías y va a ser publicado ahora por una editorial cacereña, a la que me referiré cuando el libro abandone la imprenta para estar al alcance de todos. Lo han logrado. Lo demás era cuestión de tiempo.
Hace una semana otro amigo me informó de la publicación de un blog conjunto con una poeta barcelonesa, encuentro que se inició primero de manera virtual, a través de la mutua lectura de sus respectivos blogs (los dos enlazados en este isla). Sé que les irá bien, porque sus ideas sumarán, que no es fácil.
Sin embargo, el trabajo a dúo a veces se pierde. Es una lástima que dos escritores, uno placentino para más señas, hayan abandonado su blog. Mad y Fou han decidido eliminar su ménage. Internet es, también, un medio efímero, y me produce cierta irritación no haber guardado aquellas entradas que más me interesaron.
Espero que el guión que desde hace unos meses escribimos Miguel Cordero y yo no se pierda. ¡Paciencia, Miguel!
4 comentarios:
Internet es volátil, efímero, inestable...
¿Hay algo más desolador que visitar un enlace roto?
Existe un limbo virtual en el que habitan proyectos inacabados. Pero también existe un terreno fértil en el que crecen iniciativas como la que presentas.
Gracias, Lu. Debemos quedarnos pues con ese terreno fértil del que hablas, yambién a pie de aula, claro. Sin olvidar que hemos leído tantas cosas que luego se han perdido...
Una de las cosas buenas de internet es que surge y desaparece sin previo aviso. Es verdad que da rabia que desaparezca algo que nos gusta, pero fijo que surge algo tan bueno a la vez en otra parte.
En cuanto a lo de trabajar en grupo... no sé, igual es que no he dado con las personas adecuadas o yo he sido demasiado obcecado, pero las veces que lo he hecho ha sido un desastre. Al final nunca ha sido un trabajo de grupo, ha sido un trabajo que alguien ha hecho y otras personas han retocado, y eso no es escribir en equipo. No sé, soy escéptico, en mi caso al menos, no creo que se pueda. Por eso me admira quien sea capaz de hacerlo -aunque no me lo termine de creer.
Un abrazo!
Yo me lo creo pero creo que lo aplico bastante poco. Me cuesta creer que un libro de relatos como La eterna promesa pudiera haberse concebido a dos manos. Y como ese, otros tantos ejemplos... Un abrazo.
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