Decálogo
Decálogo de Vicenç Pagès adaptado a la literatura juvenil, dondequiera que esté:
1. Es preferible no leer cualquier cosa.
2. Es preferible no elegir los libros por su mensaje.
3. Es preferible no obligar a leer copias deslucidas de originales deslumbrantes.
4. Es preferible no leer cualquier traducción.
5. Es preferible no obligar a realizar trabajos.
6. Es preferible no abusar del contexto.
7. Es preferible no imponer interpretaciones.
8. Es preferible no repetir lecturas.
9. Es preferible no dejar al lector solo ante el libro.
10. Es preferible no fiarse de las campañas publicitarias
1. Es preferible no leer cualquier cosa.
2. Es preferible no elegir los libros por su mensaje.
3. Es preferible no obligar a leer copias deslucidas de originales deslumbrantes.
4. Es preferible no leer cualquier traducción.
5. Es preferible no obligar a realizar trabajos.
6. Es preferible no abusar del contexto.
7. Es preferible no imponer interpretaciones.
8. Es preferible no repetir lecturas.
9. Es preferible no dejar al lector solo ante el libro.
10. Es preferible no fiarse de las campañas publicitarias
7 comentarios:
Tratándose de preferencias, preferiría que la lectura fuera una actitud más que una obligación educativa. ¿Un sueño, una quimera?
¿no seria preferible (nº9) dejar al lector solo con el libro y que él decida sobre el resto del Decalogo?
Quizas lo diga contagiado por el ¿sueño, quimera? de que efectivamente la lectura sea una actitud individual..., aunque a lo mejor la pedagogia sea otra cosa.
el derecho a no leer, de Pennac
La lectura no acepta normas y creo que eso es su gran grandeza, a pesar de que nosotros nos empeñemos en crearlas. El verbo leer, no acepta el modo imperativo como tampoco lo aceptan el verbo amar, soñar...
Veo en Ana y en el anónimo una Sabia inclinación a Pennac, a su modo de leer o a su derecho a no hacerlo, que es una manera de inculcar a la gente a que lea (ya se sabe, basta que prohibas...) Sobre el decálogo, he de decir que no estoy de acuerdo con algunos puntos. Sí, profundamente con otros. Ahora falta colgar ese decálogo más uno de Onetti y completar el círculo.
gracias por preferir el helado de crema de una buena lectura al sol, directa y tierna como un niño ante un cuadro que en sus ojos camina hacia el azul. Un abrazo
A mi este decálogo me parece un auténtico decálogo de libertad, de lectura como placer, de lectura auténtica, sin condiciones. Excepto la condición de que leer no es leer cualquier cosa. La lectura debe llevarnos más allá de lo que ya somos, debe hacernos mirar de otra forma lo que nos rodea, debe inquietarnos, sugerirnos, trasladarnos, desasosegarnos...
Me gusta mucho ese primer punto del decálogo.
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