18.3.07

Wislawa Szymborska

Charco

Recuerdo muy bien ese miedo infantil.
Evitaba los charcos tras la lluvia,
sobre todo los recientes.
Alguno podría no tener fondo,
aunque se pareciera a los otros.

Me meto y de pronto me caigo,
comienzo a volar hacia abajo,
y más y más abajo,
en dirección a las nubes reflejadas
y a lo mejor más allá.

Luego se seca el charco,
se cierra sobre mí,
y yo atrapada para siempre -dónde -
en un grito que no sale al aire.

Solamente después llego al entendimiento:
no todos los accidentes
siguen las reglas del mundo,
y aun si lo quisieran,
no pueden suceder.

(traducción de Gerardo Beltrán)

3 comentarios:

Blogger Sergio Sastre ha dicho...

Yo tambien recuerdo ese miedo infantil. Solo que no evitaba los charcos, al contrario, me iba directo a ellos, con los dos pies, quizas con la esperanza/miedo de encontrar uno más profundo, y pasar al otro lado.

1:30 p. m.  
Blogger Álex Chico ha dicho...

sólo que a veces esos charcos no son profundos, y es un fastidio imaginarte de bruces contra el asfalto, dejando caer a otros que, como tú, se imaginaron un camino sin retorno.

7:39 p. m.  
Blogger Sr. Curri ha dicho...

Me encanta Szymborska. Qué bien que le dieran el nobel, porque si no, creo que nunca la hubiera conocido.
Saludos!

1:38 p. m.  

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