20.3.07

Tren de tarde


¿Por qué en muchos de los cuadros de Paul Delvaux los personajes que aparecen nos dan la espalda? Acaso para que su mirada sea también la nuestra, haciéndonos esperar en lugares inusuales y por eso inhóspitos. Y sin embargo nunca esperan nada. Sólo están absortos, mirando de frente el inmenso agujero que configura el vacío. Tampoco esta muchacha espera el tren. Si fuera así, ¿por qué no se ha situado al otro extremo de la vía?

2 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

Un gran expresionista de la luz y de surreales desnudos femeninos.

Decía que la pintura no era únicamente el placer de darle color a un cuadro sino que era también expresar un sentimiento poético. "Evidentemente utilizo el color porque el color cumple una función importante en la expresión poética. Es una mezcla de poesía y de color, y es difícil separar una cosa de otra."

"Quisiera pintar un cuadro fabuloso en el que vivir, en el que pudiera vivir. Cuando pinto, estoy en realidad en todo el cuadro [... ] Y cuando el cuadro está terminado, todo se hunde y se hunde doblemente: el cuadro se hunde y yo me hundo. Y a veces necesito tiempo para salir de nuevo a la superficie. [...] La intensidad con la que nos contamos a nosotros mismos nos obliga a esta participación total de todo el ser. Hay que hacer el cuadro con uno mismo."
- Siete diálogos con Paul Delvaux, acompañados de siete cartas imaginarias, París, Le Soleil Noir, 1971

5:29 p. m.  
Blogger Álex Chico ha dicho...

Si es que en realidad está hablando un novelista o un poeta. Da gusto que me hagas llegar este tipo de percepciones artísticas, porque nos demuestran la verdadera dedicación del creador, alejado de modas y estúpidas reuniones de salón. Reconforta, igualmente, saberte lectora.

5:32 p. m.  

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