La paradoja del escritor
El escritor, sobre todo el novel, se enfrenta a un terrible drama: la paradoja de su historia. El novelista maneja entre las manos una narración que ha sido o será contada por muchos más escritores de los que él piensa y, sin embargo, será leída por muchas menos personas de las que imagina. Y entre tanto esa descompensación queda a un lado cuando se imagina solo, en una habitación, escribiendo.
5 comentarios:
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Cuando oigo la calificación de raro, suelo recordar una anécdota de Mohammed Alí con John Lennon. Estaban ambos, una noche, tomando algo en un bar, junto a los otros tres beatles. Al salir, una tromba de fans de estos últimos se les abalanzó, teniendo que salir todos ellos corriendo entre tirones y empujones para poder meterse en el coche. Una vez dentro, un jovencísimo Alí, anonadado por la experiencia que acababa de vivir, le pregunto a Lennon: "Dime, John, ¿es esto lo que se llama la fama?", a lo que Lennon repuso: "Mira, campeón, cuanto más auténtico eres tú, más raros se vuelven ellos". De igual manera, cuando oigo a alguien hablar de la soledad, suelo recordar una frase de Ciorán: "en la soledad no se aprende a estar solo, sino a ser único". Por último, Adam Philip, un gran psicoanalista del arte, utilizando "la caja" de Houdini como metáfora psicológica, dijo que quien permanece mucho tiempo encerrado, suele preparar o su muerte o una gran salida. Todo esto para decir que, a veces, en esa labor no solitaria sino en soledad, del artista, del escritor, éste comienza a ser auténtico y da en preparar así, sin apenas percibirlo, una manera única de salir, de realizar una gran salida, queriendo entender por salida una manera única de comunicarse con los demás. Porque te vengo observando atentamente en esta dedicación continua que retratas desde hace años, puedo decir que eres uno de los máximos ejemplos que demuestran todo lo que acabo de decir.
Gracias, amic, por tu comentario y por tu elogio. Y como no sueles equivocarte en estas cosas, enhorabuena a ambos. Maravillosas frases citadas en tu texto. Evocadoras y optimistas. Todo un lujo haberlas recordado.
La paradoja del escritor es la misma paradoja del lector.El lector de poesía puede parecer más "libre", el lector de novela en cambio se siente obligado en numerosas ocasiones a dejar a los personajes con la palabra en la boca,a punto de subirse a un metro o cruzar la calle.Y son estas circunstancias que le ocurren a nuestros personajes una llamada de teléfono, un tren que llega a su destino,el sueño que nos cierra los ojos las que te hacen un lector de novelas, siempre con ella bajo el brazo.
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