9.4.06

Recuperación

Si para algo me ha venido bien esta inactividad profesional reciente (aún conservo una leve molestia por un esguince que comenzó en Zaragoza, pasó por Barcelona, Madrid, Plasencia y espero termine bien pronto, en Granada), es para dejarme tiempo y leer con todo el día por delante. Entre ellos, a César Simón, el maravilloso poeta de la otra generación del 50, como la llama Vicente Gallego en una publicación reciente; a Juan Marsé y sus Rabos de lagartija, en las ruinas del Carmel; a Capote, y a Auster, neoyorquinos universales, si no es tautología. De Brooklyn Follies, la nueva entrega del escritor de Nueva Jersey, diré que supera a su novela anterior, La noche del oráculo. De hecho, casi logra alcanzar momentos tan adorables como los de Hector Mann en El libro de las ilusiones, sin duda una de sus mejores creaciones. Auster consigue, como siempre, levantar todo un mundo, elaborado a base de realidad y buena literatura, haciendo que el eje de la acción vibre de un lado a otro, y haciendo que un barrio se convierta en todo un fortín, en donde la muerte no es más que un simple cambio de perspectiva. Sus personajes, fieles al autor, continúan siendo rescatados un minuto antes de su salto al vacío. Y de nuevo, el paisaje humano y la ficción logran salvarle del impacto con la tierra.
En fin, no hay mal que por bien no venga. De hecho, esta semana y media recostado en el sofá, me ha dejado viajar a Brooklyn sin apenas necesitar muletas.

1 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

Me ha gustado mucho tu anotación de hoy. Especialmente tu fidelidad a Auster, autor de moda hasta no hace mucho y que ahora parece haber caído en desgracia. Espero que has tenido un buen regreso.
antonio ortiz

2:11 p. m.  

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