Con un libro en las manos
Cada vez que recibo un paquete desde Sevilla, desde esa cada vez más extensa Isla de Siltolá, me viene a la mente este título de Basilio Sánchez. Estaremos con un libro en las manos los próximos días. O las próximas semanas. Esta vez los paquetes han venido especialmente cargados. Desde la poesía de Víctor Botas hasta una antología de poetas de la emoción ecuatorianos. Tienen, todos ellos, una pinta excelente. Con todo, hay uno que esperaba desde hace tiempo. Antes, incluso, que se publicara. Me refiero a Un centro fugitivo, la primera antología que publica Álvaro Valverde y que abarca 25 años de poesía, desde 1985 hasta 2010. Costaba entender que un autor como él no contara con un libro así. Un libro que recogiera, en la medida de la posible, buena parte de su producción literaria y que diera cuenta de una de las voces más interesantes y mejor construidas de la poesía española contemporánea. Eso mismo le comenté en una entrevista para la Revista Kafka, del 9 de octubre de 2010. A la pregunta de si no había pensado reunir en una antología una obra suficientemente consolidada como la suya, él respondía esto:
"Sí,
lo pensaba recientemente. Aunque nadie me lo ha pedido ni yo se lo he
propuesto a nadie. No creo que haya interés. Somos demasiados. Podría
darse el caso. Casi sería más partidario de eso, de una antología, que
de reunir ya la poesía completa (hasta ahora). Esto debería de hacerse
más bien tarde, cuando uno ya haya dado prácticamente todo de sí."
Habrá que felicitar, otra vez (y ya van unas cuantas), a Javier Sánchez Menéndez. Y a Jordi Doce, por encargarse con esa profundidad de una obra, la de Álvaro, que vino para quedarse.
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