Poesía en el borde
En el prólogo a Anábasis, de Saint-John Perse, José Antonio Gabriel y Galán se refería al poeta francés como un fenómeno al borde del camino. No expreso originalidad alguna si digo que todo escritor habla de sí mismo cuando escribe sobre otros autores. Esta, me temo, no sería ninguna excepción. La obra literaria de José Antonio parte de ese punto limítrofe, porque, como Perse, conoce esa raza establecida en las pendientes. En sus novelas dicho interés se ve muy claro: recordemos a El Roto, de A salto de mata, o a Don Pedro, en El bobo ilustrado. Si parece clara esa permanencia fronteriza en sus novelas, lo es también en el resto de su obra. Se persigue, ante todo, el espacio del exiliado. Lo único que varía es el enfoque que adopta para observarlo. En ese sentido, los tres libros de poemas que publicó José Antonio mantienen como premisa esa estética en el borde, tanto Descartes mentía (1970-1974), como Un país como este no es el mío (1976) o Razón del sueño (1985). Probablemente sea erróneo buscar una pretendida unidad entre los tres libros. Mejor sería encontrar esa misma uniformidad por separado. Cada libro actúa de manera independiente, única. Quizás sea esa una de las razones por las que es difícil abordar la obra poética de un autor al que se puede considerar, antes que nada, poeta.
Como dijimos, esa heterogeneidad es manifiesta en la obra poética de Gabriel y Galán. Por ese motivo, me parece oportuno centrarme en sólo uno de los tres libros, Razón del sueño, escrito en 1985 y publicado por primera vez junto a sus dos libros anteriores en el volumen Poesía (1970-1985) (Editora Regional de Extremadura, 1988). El hecho de que no se publicara por separado, como los anteriores, ha jugado en su contra. Debería haber sido editado independientemente, más aún si pensamos que Razón del sueño es su mejor libro de poemas. Un libro casi definitivo en donde da buena cuenta de su calidad literaria, en su dominio del lenguaje y de la imagen y en su capacidad de mantener un tono profundamente evocador, meditado y sereno. Estructurado en tres partes (Transparencias, Razón del sueño y Contemplaciones), Razón del sueño abre con el poema «Anatomía del llanto», que da la justa medida de lo que será el libro. Comienza con el siguiente verso: “En cierta ocasión de octubre te despiertas llorando”. Se trata, en definitiva, de diseccionar una emoción, de explorar las razones y también las consecuencias de la tristeza, del dolor o del sufrimiento. De ahí que se prefiera un paisaje perdido, a punto de extinguirse, un lugar a la deriva construido de restos y posos, de ruinas. Para ello, no tenemos más que leer uno de los mejores poemas que integran el libro, «Peces enterrados», donde el poeta se pregunta qué quedará cuando ya haya pasado todo, cuando sea el recuento de lo vivido lo único perecedero. Su actitud, ante todo, es la del poeta que duda. Esos lugares, decimos, se encuentran en el hueco, en la grieta, en el surco o en la propia fractura. No es extraño, en ese sentido, que el sueño sea el símbolo principal del libro, un estado fronterizo, en el límite de la conciencia y lo irracional. Ese transcurrir, como el sueño, no es lineal, ordenado. Adopta un tono de falsa quietud o de movimiento estático. En poemas como «El grito» (en homenaje a Munch) o en «Sobre el agua» el modelo que se sigue es el de la tensa armonía, un acontecer sin que, en apariencia, nada haya ocurrido, como leemos en el tercer poema de la segunda parte: “Subo a mi casa absorto,/ inesperadamente envejecido”. Hay en todo el libro un proceso de despersonalización, como si el poeta decidiera alejarse para, al fin, comprender el centro.
Otros méritos deben ser citados, como la plasticidad, la expresividad lingüística o la intertextualidad. Todo ello hace que Razón del sueño sea un libro esencial. Como el resto de su obra, aún sigue a la espera de ocupar el espacio literario que se merece.
Como dijimos, esa heterogeneidad es manifiesta en la obra poética de Gabriel y Galán. Por ese motivo, me parece oportuno centrarme en sólo uno de los tres libros, Razón del sueño, escrito en 1985 y publicado por primera vez junto a sus dos libros anteriores en el volumen Poesía (1970-1985) (Editora Regional de Extremadura, 1988). El hecho de que no se publicara por separado, como los anteriores, ha jugado en su contra. Debería haber sido editado independientemente, más aún si pensamos que Razón del sueño es su mejor libro de poemas. Un libro casi definitivo en donde da buena cuenta de su calidad literaria, en su dominio del lenguaje y de la imagen y en su capacidad de mantener un tono profundamente evocador, meditado y sereno. Estructurado en tres partes (Transparencias, Razón del sueño y Contemplaciones), Razón del sueño abre con el poema «Anatomía del llanto», que da la justa medida de lo que será el libro. Comienza con el siguiente verso: “En cierta ocasión de octubre te despiertas llorando”. Se trata, en definitiva, de diseccionar una emoción, de explorar las razones y también las consecuencias de la tristeza, del dolor o del sufrimiento. De ahí que se prefiera un paisaje perdido, a punto de extinguirse, un lugar a la deriva construido de restos y posos, de ruinas. Para ello, no tenemos más que leer uno de los mejores poemas que integran el libro, «Peces enterrados», donde el poeta se pregunta qué quedará cuando ya haya pasado todo, cuando sea el recuento de lo vivido lo único perecedero. Su actitud, ante todo, es la del poeta que duda. Esos lugares, decimos, se encuentran en el hueco, en la grieta, en el surco o en la propia fractura. No es extraño, en ese sentido, que el sueño sea el símbolo principal del libro, un estado fronterizo, en el límite de la conciencia y lo irracional. Ese transcurrir, como el sueño, no es lineal, ordenado. Adopta un tono de falsa quietud o de movimiento estático. En poemas como «El grito» (en homenaje a Munch) o en «Sobre el agua» el modelo que se sigue es el de la tensa armonía, un acontecer sin que, en apariencia, nada haya ocurrido, como leemos en el tercer poema de la segunda parte: “Subo a mi casa absorto,/ inesperadamente envejecido”. Hay en todo el libro un proceso de despersonalización, como si el poeta decidiera alejarse para, al fin, comprender el centro.
Otros méritos deben ser citados, como la plasticidad, la expresividad lingüística o la intertextualidad. Todo ello hace que Razón del sueño sea un libro esencial. Como el resto de su obra, aún sigue a la espera de ocupar el espacio literario que se merece.
(Publicado en el suplemento cultural Trazos, 6-3-10)
12 comentarios:
Enhorabuena Álex, siempre es un placer leer todo lo que sale de tu pluma. Gracias por esta "poesía en el borde" y esta invitación a descubrir estos autores que, como tú dices, no ocupan el espacio literario que se merecen.
Bea
muy lindo, te felicito
pasate http://www.relatosdeundesquiciado.blogspot.com/
Enhorabuena. Me ha gustado mucho tu artículo. Y te doy las gracias porque he descubierto que es un autor con mucha calidad literaria, aunque desgraciadamente no muy reconoido. Afortunadamente hay personas como tú que están ahí para abrirnos caminos tan interesantes.
Sonia
Enhorabuena por tu artículo. Gracias a él he descubierto a un autor que no conocía y me parece magnífico, es una pena que sea tan poco conocido y que no se le haya reconocido debidamente. Es un lujo que haya personas como tú que nos abren caminos para concocer a escritores de esta categoría.
Luis
PUES ME GUSTO!CAI ACA DE CASUALIDAD,
Y TRATARE DE SEGUIRTE!
UN SALUDO DE LA ARGENTINA
LIDIA-LA ESCRIBA
Gracias, Bea. Ya sabes que no hay escritor sin lectores. Y tu lo eres de arriba abajo.
Lo haré, Maxi.
Gracias.
Muchas gracias, Sonia. Te lo agradezco profundamente. Me alegra saber que he aportado un pequeño grano de arena.
Un abrazo y, nuevamente, gracias.
Luis, te digo lo mismo que a Sonia. Además, José Antonio es un autor excelente, con una capacidad de sugerencia muy grande,no sólo en poesía. También en sus artículos, traducciones o, claro, en sus novelas.
Un abrazo.
Un saludo, Lidia, a ese país tan estupendo.
¡Qué bueno que te hayan publicado este artículo en Extremadura, donde creo que han echado al olvido, con injusticia, a uno de nuestros mejores escritores! Razón del sueño es un libro excepcional,como lo es toda su poesía. A ver si nos das a conocer más cosas de lo que estás investigando sobre su obra. ¿Y para cuándo el homenaje debido?
Un abrazo
Antonio María Flórez
Antonio, el homenaje barcelonés os necesita, ya lo sabes. Así que...
Abrazos.
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