Dulce pájaro de juventud
La foto está tomada frente al monumento a Unamuno, en Salamanca. Los de la foto éramos cinco amigos. Ya nos hicieron caer en la cuenta de que todo aquello no era sólo ingenuo, sino prepotente. Tendrían razón. Años después soy más consciente que nunca. Y sin embargo aquella instantánea me resulta en este momento necesaria, porque reunió a unos cuantos amigos que hablaban por primera vez al mundo. Lo mejor es que todos (creo) hemos conseguido salir de aquella foto, para volver a ella y mirarla, como ahora, sin nostalgia.
2 comentarios:
Cuando se es tan joven y con tantas ganas de hacer cosas esto no se puede considerar prepotencia. Lo que ocurre es que el tiempo te hace ver las cosas con otros ojos, de forma diferente.!Qué tiempos aquellos!
Lo recuerdo como si aún estuviera a punto de suceder. Estaremos cinco tíos que juntos se ríen como nadie, primero mientras escuchan jazz, después con flamenco de fondo y un boxeador retirado al lado que no se cansará de servirnos vino y comida hasta el amanecer y nos iremos sin pagar invitados a volver, y hablaremos como demonios, y nos reíremos sobre manera, porque juntos, no se sabe qué ocurrencia continua es más graciosa, más perversa, o más excitante. Y esto se repetirá varios días. Y además de todo eso, había que tener unos cojones de toro, más aún que para mear en la fachada de una institución, porque no sólo era una provocación o una guasada, tiene que ver con alguien, alguienes, que se deciden, aunque sea sólo por un momento, a ejercer una idea radical de libertad. Luego a lo mejor sale una foto y un texto y no sé que otras cosas.
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