Venus/Plutón
No sé por qué pero ayer me vino a la memoria un libro de José Díaz Fernández (Aldea del Obispo, Salamanca, 1898 – Toulouse, 1941). No se trata de El blocao, quizás su novela más conocida, sino de otra narración llamada La Venus mecánica. En realidad, a veces la recuerdo y me propongo hablar de ella. Sin embargo, en pocas ocasiones lo he hecho. A decir verdad, salvo por un pequeño artículo que escribí hace un par de años, no he vuelto a saber de ella.
Por qué volvió ayer. Por qué continúa hoy. Quizás en esta ocasión tenga una respuesta concreta: desde el pasado viernes leo Sostiene Pereira, la famosa novela de Tabucchi. La comparación no es baladí. Tampoco el resultado. Las dos obras tienen una estructura semejante, una trama similar y unos personajes equidistantes. El tema es parecido y el contexto, aunque con otras voces, resulta simétrico. La diferencia es que Pereira ha tenido mejor suerte que Víctor. Ha sido adaptado al cine con éxito, está en todas o casi todas las librerías, se continúa leyendo una década más tarde, mientras que la novela de Díaz Fernández apenas se encuentra, salvo por la compilación inesperada de su prosa o por la edición en una editorial menor, si es que éstas existen. Es una pena, porque La Venus mecánica es una de las novelas que mejor representan la literatura europea en el tránsito de los años veinte a la década de los treinta. En la rehumanización del arte, en la tipología variable de una sociedad que abandona las vanguardias para buscarse a sí misma en las personas. También en la guerra. Como Pereira. Lástima que no sea una lectura obligatoria, no ya en el bachillerato, sino en la misma carrera de filología hispánica. Y lo peor no es que aún espere su turno, lo peor es que su turno ya ha pasado. Como esta improvisada reflexión, sabiendo que regresaré a ella dentro de un tiempo y sin embargo vuelva, de nuevo, a abandonarla.
Por qué volvió ayer. Por qué continúa hoy. Quizás en esta ocasión tenga una respuesta concreta: desde el pasado viernes leo Sostiene Pereira, la famosa novela de Tabucchi. La comparación no es baladí. Tampoco el resultado. Las dos obras tienen una estructura semejante, una trama similar y unos personajes equidistantes. El tema es parecido y el contexto, aunque con otras voces, resulta simétrico. La diferencia es que Pereira ha tenido mejor suerte que Víctor. Ha sido adaptado al cine con éxito, está en todas o casi todas las librerías, se continúa leyendo una década más tarde, mientras que la novela de Díaz Fernández apenas se encuentra, salvo por la compilación inesperada de su prosa o por la edición en una editorial menor, si es que éstas existen. Es una pena, porque La Venus mecánica es una de las novelas que mejor representan la literatura europea en el tránsito de los años veinte a la década de los treinta. En la rehumanización del arte, en la tipología variable de una sociedad que abandona las vanguardias para buscarse a sí misma en las personas. También en la guerra. Como Pereira. Lástima que no sea una lectura obligatoria, no ya en el bachillerato, sino en la misma carrera de filología hispánica. Y lo peor no es que aún espere su turno, lo peor es que su turno ya ha pasado. Como esta improvisada reflexión, sabiendo que regresaré a ella dentro de un tiempo y sin embargo vuelva, de nuevo, a abandonarla.
3 comentarios:
Dónde se puede encontrar ese libro? Tiene alguna referencia? Me ha picado la curiosidad.
Y viendo el título, será un pequeño homenaje la canción de radio futura que dice Soy mecánico del jardín botánico, con mi pensamiento sigo el movimiento de los astros?
...el movimiento de los peces en el agua. Imagino que algo de eso habrá, indirectamente, en Auserón. Ojalá que sea así.
El libro se publicó por última vez hace tiempo, en una editorial muy pequeña. Ya te diré cuál. Un abrazo.
Vivimos en un mundo de incoherencias y la literatura no se salva de ellas.Los críticos, el famoso canon y especialmente la suerte que por razones a veces simplemente de azar acompañan a ciertos autores u obras y no han encontrado otras hace que la literatura sea como la historia del ser humano, poco lógica. Es necesario reflexiones como la tuya donde nos preguntemos por qué La Colmena está en todos los libros de literatura y La noria si acaso la encontramos mencionada si nos da por leer las notas a pie de página. Ambas renovaron el lenguaje, salvaron la censura y nos mostraron la sociedad de una misma época pero distinta ciudad, La Colmena nos sitúa en Madrid y La noria en Barcelona aunque eso en las novelas carezca de importancia.
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