La clase
Termina
otro curso y me digo lo de siempre: que, pese a todo, me gusta dar
clase, que tengo suerte. Sé que no es el mejor trabajo del mundo y sé que cada año
resulta más difícil, no por culpa de los alumnos, sino por una
mierdosa burocracia que año a año hace el ambiente más irrespirable.
Pero lo que de verdad importa es esto: la clase. Todo lo demás es
insignificante.
1 comentarios:
Quizá no el mejor trabajo, pero sin duda el más necesario. Y eso es motivo de orgullo, es el inicio de todo. Muy importante.
Saludos.
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