27.3.09

Preposiciones

Fue extraño conocer a Julia Goytisolo. Extraño porque uno, como cualquiera, le había puesto muchos rostros. En su charla con Paco Ibáñez, Julia, una persona alegre y jovial, o al menos más jovial y alegre de la que me imaginaba, habló del poema que le dedicó su padre. Para ella, no es "Palabras para Julia", sino "Palabras de Julia". El referente, entonces, ya no sería ella misma, sino la madre de José Agustín, asesinada en los bombardeos de la Guerra Civil. La palabra, en fin, de una ausente. No se trataría de un diálogo entre padre e hija, sino todo aquello que le hubiera gustado escuchar de su madre. Y de su padre.
Me alegra saber que nuestra educación sentimental no está exenta de sufrir modificaciones.

2 comentarios:

Blogger J. Manuel Chico ha dicho...

Es verdad, es curioso lo de las caras de Julia. Cómo es una cara sacada de un poema.

Lo interesante de todo esto es que, efectivamente, tenía cara. A pesar de que los poemas adquieren vida propia y empiezan a funcionar independientemente del autor, nacieron del ser humano.

1:45 a. m.  
Blogger Álex Chico ha dicho...

A veces, poco importa quién sea el destinatario, precisamente por esa vocación humana que se esconde detrás de cada obra. Con todo, prefiero ir más allá de la abstracción.

1:06 p. m.  

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