Caricias perplejas
Esta es la portada del primer libro de Olga Bernad, titulado, como su blog, Caricias perplejas. Está publicado en la colección Siltolá Poesía y lleva una introducción del sabio Juan Manuel Macías. Ambos, Bernad y Macías, tienen algo que busco en cualquier libro que caiga en mis manos: intuición y sensibilidad. Intuición, es decir, fondo, interrogación y extrañeza; y sensibilidad, esto es, profundidad, raíz y coherencia. A los dos les conocí, primero, por el blog. Por si alguien todavía dudaba de este medio de comunicación.
4 comentarios:
En realidad, el blog tomó prestado el tílulo de un verso de uno de los pocos poemas que tenía escrito cuando lo comencé. En él se han quedado quince de los treinta y cinco poemas del libro y ha tenido una importancia decisiva a la hora de publicar, ya que el editor se puso en contacto conmigo por haber leído el blog, precisamente. También por él os conocí a Juan Manuel y a ti. Por eso, con todas las dudas razonables (con razones más que justas, a veces) que este medio puede producir, yo creo que sólo es una vía más en la que, como en todas, hay que elegir camino igual que intentamos elegir palabras: con intuición y sensiblidad.
Mil gracias por hacerte eco, Álex.
Un fuerte abrazo.
De nada, Olga. En realidad, siempre quise que esta isla de Elca fuera un página cultural, donde se hiciera eco de propuestas interesantes. Como la tuya. Aunque a veces, ay, me dejo llevar hacia otros derroteros político-sociales.
Abrazos.
Enhorabuena otra vez a Olga (por vez enésima) que se lo merece. Hemos visto cómo esas Caricias perplejas han ido creciendo día a día a golpe de talento, un bien preciado y muy escaso. Muchos decíamos que se veía venir. Y ahora (oh, el tiempo), ha venido. La criatura ha cumplido la mayoría de edad, está que deslumbra con todas sus páginas y su tinta recién salidas de la imprenta, y quiere mundo y quiere guerra :-)
Un abrazote, Álex. Y gracias, por tus palabras. Prometo mandarte a BCN una cajita de tabaco de rapé, al que me he aficionado últimamente, junto a unos buenos cigarros toscanos. Oye, es como meterse en el sigo XVIII de pronto.
Es emocionante, ¿verdad? Cuando algo viene porque era cuestión de tiempo.
Espero ese envío, Juan Manuel. Tanto como una final en el Bernabeu, jeje. Aunque estas justas sean más cutres que las del XVIII.
Abrazos miles.
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